Además de él, el productor de TV estadunidense Ben Sherwood también trató el tema en su libro El Club de los sobrevivientes. Ambos coinciden en recomendar a todos los viajeros aéreos estas cinco reglas.
Una: al hacer la reservación, trata que tu asiento esté en la misma fila de una puerta de salida o una fila adelante o atrás. Estar a más de cinco filas, te reduce las posibilidades de salvarte.
Dos, al subirte, cuenta siempre el número de filas que hay entre tu asiento y la salida de emergencia más cercana, pues enseguida del accidente puede estar oscuro o con mucho humo.
Tres: no presumas de experto, revisa los manuales pues cada avión es diferente, y no te quites nunca los zapatos, pues al salir corriendo puedes cortarte o quemarte gravemente los pies. Recuerda que la mayoría de los accidentes suceden en el tiempo comprendido hasta tres minutos después del despegue, y a partir de ocho minutos antes del aterrizaje.
Cuatro: al recibir el aviso de emergencia, colócate en posición fetal, doblando el cuerpo lo más posible hacia el frente, escondiendo casi la cabeza entre las piernas.
Y cinco: a la hora de tener que salir, acuérdate que los cinturones de avión se desabrochan levantando una hebilla, y no como en las de vehículos terrestres, que se aprieta un botón.
No olvides que volar es el medio más seguro. Fíjate: cada día vuelan tres millones de personas, y sólo hay accidentes muy de vez en cuando. En algunos accidentes de aviación, no hay sobrevivientes, pero esos son los menos. De los últimos 55 mil pasajeros que sufrieron accidentes, sobrevivieron 53 mil. Eso significa más de nueve y medio de cada diez, y todos, siguieron las cinco reglas de oro.
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