Trabajando!!

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En El Piñal (Foto Fraiban R.)

Mirada a un mes del gran incendio de Valparaíso

Muchos pensamos que el año 2013 quedaría grabado a fuego en la historia de Valparaíso, ya que el 14 de febrero de ese año se registró un incendio que consumió 284 viviendas, más de 30 hectáreas de bosque, arbustos y pastizales y dejó más de mil personas damnificadas en los cerros San Roque, Rodelillo y Placeres. Dos meses después –el 23 de abril– un nuevo incendio forestal se produjo en Valparaíso, esta vez en la parte alta del cerro La Cruz, saldo final: 28 casas destruidas y 82 personas damnificadas, además de 30 o 40 hectáreas consumidas por el fuego. Con estos datos, era dable esperar que se sacaran lecciones, respecto de cómo prevenir este tipo de incendios; de cómo enfrentar estas emergencias si se producían; y, por supuesto qué hacer después de la emergencia.


Antes del incendio

Para poner en contexto, es preciso señalar que en 1994 se produjo en Rodelillo un incendio que consumió 64 viviendas –muchas de las cuales también se quemaron el 2013–; apenas iniciada la década del 2000 se produjo un incendio en calle Chaparro del cerro Cordillera, en el lugar se quemaron 34 viviendas; poco tiempo pasó para tener otro incendio, esta vez en la planchada, en el que se quemaron 21 casas; en lo que parecía ser lo máximo, el año 2008 se produce el incendio del cerro La Cruz, con 80 casas quemadas, además de la muerte de un bombero y otras personas civiles; al año siguiente otro incendio iniciado en el camino La pólvora bajó por el cerro Mariposa y otras 19 casas se quemaron días después de la Navidad; finalmente, el año 2013, se produjo el ya reseñado incendio que consumió 284 viviendas en tres cerros porteños. Todos los incendios citados tienen como denominador común que comenzaron como incendios forestales, pasando luego a ser incendios estructurales.

Ciertamente las condiciones meteorológicas han jugado papeles decisivos en las tragedias reseñadas, pero vale la pena preguntarse ¿Qué se ha hecho para prevenir la ocurrencia de este tipo de incendios? ¿Qué medidas de mitigación se han tomado en caso de que se produzcan? Respecto a la primera interrogante, un reportaje de ciperchile da cuenta que en la Municipalidad de Valparaíso, en el mes de diciembre de 2012 se alertaba por parte del Jefe de Emergencias del municipio de los riesgos que existían, el acta del concejo Municipal deja en evidencia que no se hacía todo lo que se debía “…por falta de recursos”, por lo que es preciso afirmar, sin temor a equivocarse, que la Municipalidad de Valparaíso estaba conteste del inminente riesgo de desastre que existía. Llama la atención, que teniendo esta información en diciembre de 2012, no fue sino hasta meses después del incendio de febrero de 2013, ad portas de una nueva temporada estival –con la consiguiente elevación de riesgo de incendios forestales– que el alcalde Jorge Castro el 20 de noviembre pasado, solicitara al Intendente Regional de la época, se gestionara ante el Ministerio del Interior la entrega de $400 millones debido a “la imposibilidad del retiro de los deshechos domiciliarios dispuestos en las quebradas de la ciudad, lo que conlleva un latente foco de infecciones… y probabilidades de incendio”. No obstante el oficio enviado ¿Cuántas campañas de prevención y educación realizó el municipio porteño? ¿Se establecieron e informaron a los vecinos zonas de riesgo? Al parecer no, porque las 84 casas que se quemaron el año 2008 en el cerro La Cruz, forman parte de las 3.000 quemadas el mes pasado.

No obstante lo anterior, la actual administración comunal no ha sido la única que no ha abordado el tema, tampoco lo hicieron los predecesores del año 1990 a la fecha, lo que es más grave porque al promediar la década del ’80, la prensa escrita titulaba “cordón de fuego que rodea Valparaíso” por sendos incendios forestales, en sectores que en ese tiempo eran solo bosques y hoy, con la aquiescencia de todas las autoridades municipales se han ido poblando y los planes reguladores no han dado cuenta del riesgo ni de medidas de mitigación, más aún, pareciera ser que la simple y desafortunada respuesta del alcalde a un poblador señalándole “¿te invité yo a vivir aquí?” ha sido una forma de eludir la responsabilidad en estas catástrofes.


Durante el incendio

Eran las 16.10 horas del pasado 12 de abril, cuando el observador de torre de Conaf informó el avistamiento de humo en el fundo particular Los Perales, con ello se comenzaba a desatar la tragedia en la ciudad puerto una vez más, por lo que era importante contar con autoridades que asumieran el mando de la emergencia con eficacia y eficiencia, sin embargo, lo que se tuvo una vez declarado el Estado de Catástrofe en Valparaíso por parte de la Presidenta de la República, no fue precisamente lo adecuado para el manejo de la situación:

1) Nunca se aplicó la sicología de la emergencia, que entre otras cosas significa evitar una multiplicidad de vocerías, más aún, durante la jornada del día domingo, se convocó a los medios a un punto de prensa en la Intendencia, en el que cada seremi se colocaba frente al micrófono y durante 30 segundos indicaba las medidas que se tomaban en su área, por lo que había muchas personas hablando de muchas cosas, cuestión que se mantuvo los días de incendio y jornadas posteriores;

2) Poco liderazgo en el manejo informativo del jefe de la Defensa Nacional designado por el gobierno como responsable, al punto que Radio Bio Bio de Valparaíso informaba a eso de las 02.30 horas del hallazgo de las primeras víctimas fatales en el cerro Las Cañas producto de este incendio, cuestión consultaba al funcionario de la Armada, quien tajantemente negaba el hecho. Recién hora y media más tarde, el Contraalmirante confirmaba las primeras víctimas fatales, cuando los equipos de emergencia daban cuenta otros dos cuerpos encontrados, cuestión que también desconocía el responsable de la Defensa.

3) Durante la tarde del domingo 13 de abril, el incendio no cedía a los esfuerzos de emergencia por lograr su control, la cifra de viviendas consumidas por las llamas informada por la Presidenta de la República a las 16.00 horas era de más de mil viviendas destruidas, la plaza O’higgins a un costado del Congreso Nacional, se transformaba en un improvisado campamento con las personas damnificadas y evacuadas por el riesgo de que se siguiera propagando el fuego a nuevas poblaciones, sin embargo, ni Carabineros, ni el Contraalmirante establecieron nunca una restricción de desplazamiento en la ciudad, por lo que era repetitivo el hecho de que carros de Bomberos trataban de llegar a zonas amagadas por el fuego, pero sus esfuerzos una y otra vez chocaban con automovilistas que accedían a los cerros con distintas motivaciones. En términos técnicos, nunca se establecieron las zonas caliente, tibia y fría, esenciales para el trabajo de los equipos de emergencia, más aún, era esencial haberlo hecho cuando se tuvo que evacuar poblaciones completas.

4) Que el Ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo afirmara la noche del domingo 13 de abril, alrededor de las 21.00 hrs. desde la Intendencia de Valparaíso que estaba controlado el incendio, esto es una muestra de lo erróneo que es que personas que no poseen la información completa o que carecen de las aptitudes técnicas intervengan en este tipo de situaciones, ya que una hora después de que el señor Ministro hiciera semejante anuncio, continuó vorazmente el incendio en Ramaditas y llegó a Rocuant, consumiendo más de 200 casas en 20 minutos ¿cuál será el concepto de un incendio controlado que tiene el señor Peñailillo? ¿Quién le dio esa información?


Después del incendio

Luego de producido el incendio se produjo una reacción solidaria, pocas veces vistas, mareas de voluntarios llegaban a las zonas devastadas para ayudar con las labores de remoción de escombros, limpieza y ayuda a los damnificados, sin embargo, las autoridades una vez más daban la nota alta, ya que nunca se organizó a los voluntarios para distribuirlos en las zonas afectadas, es más, se optó por pedir que no llegaran más. Ante las necesidades que tenían los damnificados, de todo el país comenzó a llegar ayuda, las autoridades pidieron que no llegara más ayuda, el alcalde de Valparaíso advertía que los camiones serían enviados directamente al vertedero, sin embargo, el Gobernador de Valparaíso en entrevista a un medio radial el domingo siguiente desconocía tales declaraciones, por lo que tampoco en esta etapa había claridad en el manejo de la información. Se ha iniciado un plan de levantamiento de viviendas de emergencia para los afectados en los mismos lugares en que vivían, por lo que cabe la duda de ¿si se tendrá posteriormente la voluntad y capacidad de buscar una alternativa diferente para las personas que vivían en zonas de riesgo, como es el caso de quebradas? Se ha anunciado con bombos y platillos una donación de una empresa privada de $500 millones a Bomberos, para la construcción de un cuartel de Bomberos, la Intendencia Regional ha suscrito ello y ha anunciado la construcción en el camino La Pólvora, pero ¿existe personal humano para dotar de la cantidad necesaria de voluntarios un nuevo cuartel, si durante el año 2013 sólo se incorporó a las filas de Bomberos en Valparaíso una persona? ¿Entenderán las autoridades que la sola presencia de carros de bomberos no implica la reducción de riesgo de incendios? ¿Tendrán considerado las autoridades que el agua de un carro bomba en un incendio dura 3 ó 4 minutos y que no sirven si no se cuenta con una eficiente red de abastecimiento? ¿Cómo se trasladarán los voluntarios para el cuartel de Bomberos del camino La Pólvora, si no hay transporte público para ese lugar? nadie creerá seriamente que a propósito de esa construcción se dispondrá de microbuses o taxis colectivos ¿o no?

En definitiva, esperemos que las autoridades hagan su evaluación y se atrevan a tomar medidas reales que puedan desarrollar iniciativas efectivas que tiendan a minimizar los riesgos; que entreguen el manejo de estas situaciones a profesionales responsables y no a advenedizos que hacen o dicen cualquier cosa y no responden por los efectos de sus malas actuaciones; que no se actúe con complacencia electoral o que no teman a no ser electos ellos o quienes los designaron en el cargo, porque de lo contrario, deberemos seguir sumando tragedias de viviendas construidas en zonas de evidente riesgo y que se quemarán por decenas o centenas o miles.


 

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