Manejo prehospitalario del paciente traumatizado.
Se define como trauma, a todas aquellas lesiones permanentes o temporales producidas por la aplicación de fuerzas sobre nuestro organismo.
El trauma es considerado un flagelo de nuestros días, ya que es la principal causa de muerte en personas de 1 a 44 años, siendo la tercera causa de muerte para todos los grupos etarios. ¿Cómo se produce la muerte de las víctimas secundarias al trauma? En general por shock e hipovolemia. ¿Cuándo se mueren esas víctimas? La muerte alcanza a 10 de cada 100 traumatizados. De esos pacientes, 10 fallecen en los primeros minutos. El resto fallece en las primeras horas y por último, el tercer período de muerte, ocurre semanas más tarde. Nuestro accionar como bomberos, modifica básicamente las tres situaciones, ya que con maniobras de apertura de la vía aérea, mantenimiento de la respiración con buena ventilación, y cohibiendo hemorragias, disminuimos en un 30% la mortalidad. En trauma, el tiempo transcurrido desde el incidente hasta la atención médica definitiva, es fundamental. Se denomina “hora de oro”, al tiempo que transcurre desde que se produce la lesión, hasta la llegada al quirófano. Para nosotros, los rescatadores prehospitalarios, quedan los denominados 10 minutos de platino. Durante esos 10 minutos, nosotros debemos efectuar: 1. La evaluación prepaciente, es decir, evaluar y manejar la seguridad, la situación, y los recursos en la escena. 2. La evaluación del paciente, que incluye la evolución primaria con profundidad. 3. En paralelo, la resucitación. 4. La clasificación en pacientes críticos y no críticos. 5. Por último, la inmovilización y el transporte precoz al lugar indicado. Importante: 1º. El lugar para el tratamiento definitivo del traumatizado, es el quirófano. 2º. Nuestro objetivo con el paciente gravemente traumatizado, es la evaluación correcta del mecanismo lesional. 3º. Identificar y corregir lesiones críticas, estabilización básica de las mismas, transporte precoz y reevaluación continua hasta el hospital. En síntesis: el manejo del traumatizado en el área prehospitalaria, exige que se cumplan los siguientes pasos: 1. Evaluación prepaciente 1.1. Seguridad en la escena. Todas estas escenas son peligrosas. No se deben agregar víctimas a la escena. “Héroes muertos, no salvan vidas”. Hasta que la escena no esté segura, solo deben entrar aquellos capacitados para asegurarla. 1.2. Situación. Siempre debemos tener en cuenta “el mecanismo lesional”, que es la clave para detectar eventuales lesiones imperceptibles. “El que sabe lo que busca, entiende lo que encuentra y previene lo que está por suceder”. En caso de incidente vehicular, existen patrones, como ser: impacto anterior, impacto posterior, impacto lateral, impacto rotacional, vuelco, etc. Todos ellos tienen patrones de lesión distintos. Otros mecanismos lesionales, son las caídas de altura, atropellamientos, incidentes de moto, lesiones por explosión, lesiones penetrantes de baja velocidad (arma blanca), media velocidad (armas de mano, revólveres, pistolas) y de alta velocidad (fusiles de guerra). También en estas situaciones, debemos evaluar, qué cantidad de víctimas hay y la necesidad de clasificar (triage) a las mismas. 1.3. Recursos: Implica reconocer de inmediato la necesidad de apoyo, como por ejemplo: policía, más ambulancias o, en caso de derrame de sustancias químicas, personal encapsulado a tal efecto. 2. Evaluación del paciente. La misma se basa en el clásico ABCD de la vida: A: Apertura de la vía aérea con control de la columna cervical: a través de maniobras manuales, subluxación de mandíbula o elevación del mentón. Se debe colocar oxígeno, ya sea por máscara y reservorio, o por el dispositivo máscara-válvula-bolsa con reservorio. Aspirar siempre cuerpos extraños, sangre, vómitos, etc. B: Manejo de la respiración y ventilación. El paciente debe estar respirando con una frecuencia de 12 a 20 por minuto. No debe ser ruidosa, ni con esfuerzo muscular. De 12 a 20 se apoya con máscara y reservorio, menos de 12, más de 20, se debe utilizar el MVB con reservorio. C: Circulación con control de las hemorragias. Se debe evaluar, por la inspección de la piel, el estado circulatorio. Así, un paciente con piel pálida, sudorosa y fría al tacto, está socado hasta que demuestre lo contrario. Luego, palpo el pulso radial, femoral y carotideo, en ese orden. De no tener 80 mmhg de máxima no tiene pulso radial, si no tiene pulso femoral no tiene 70 de máxima, si solo tiene pulso carotideo tiene 60. Muy importante: si usted está entrenado en primeros auxilios y sabe buscar estos pulsos, la sola ausencia del pulso carotideo, lo autorizan a efectuar masaje cardíaco, ya que con 60 de máxima la circulación cerebral es insuficiente para oxigenar al cerebro y culminará con un paciente con severo daño neurológico. El comprimir a pesar de que está latiendo no provoca lesiones miocárdicas. Recuerde antes de tomar esta medida que usted debe estar entrenado en RCP. D: Daño neurológico. La evaluación del mismo por un bombero puede ser hecha a través del método AVDI. A: paciente alerta. V: responde a estímulos verbales. D: responde a estímulos dolorosos. I: no responde a nada. Nunca olvide la seguridad propia, el mecanismo lesional, la evaluación y corrección del ABCD. Y por último, un correcto empaquetamiento acompañando a un trasporte precoz al mejor hospital posible. Evite siempre la hipotermia de la víctima.
CUALQUIER INFORMACION DE CUALQUIER TEMA DE BOMBEROS...SOLO PREGUNTEN
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