NUESTRO COMPROMISO AMBIENTAL SUBACUÁTICO:
Muy seguramente el contenido de esta reflexión es por todos conocido y las recomendaciones aquí planteadas son todas bien sabidas y puestas en práctica por todos nosotros los que hemos decidido sumergirnos, aunque no sobra el resaltar la gran responsabilidad y el ineludible compromiso que todos los seres humanos tenemos con la sostenibilidad ambiental de nuestro planeta.
A. La flotabilidad: La conservación a todos compromete:Pero no solo los buceadores podemos y debemos salvaguardar el mundo sumergido, puesto que todos los ciudadanos del mundo desde sus hogares podemos unirnos a esta cruzada, no arrojando nuestros residuos sólidos no biodegradables a ríos , lagos y mares; no derramando residuos químicos por las alcantarillas; no consumiendo entre otros los mentirosos platos “afrodisíacos” como sopa de tortuga y de aleta de tiburón, actitud esta, que salvaría a estas especies de su inminente extinción. Si ver y no tocar se llama conservar, la invitación es para que nos sumemos a este esfuerzo - hoy un propósito mundial - que pretende nada más y nada menos que la conservación del 80% de nuestro planeta sumergido. Para empezar podríamos decir que el adecuado manejo de la flotabilidad (cálculo adecuado del lastre y chaleco) es la piedra angular en la seguridad y en la conservación subacuática, si bien quienes dominan esta habilidad, siempre y sin esfuerzo alguno, (casi con el control de su propia respiración) saben mantenerse a la distancia y profundidad adecuada - de todo y para todo- y este manejo empieza desde la misma piscina, habilidad esta que para el instructor pareciera que nunca termina, puesto que siempre debemos estar vigilantes y atentos al adecuado cálculo del lastre aún con buceadores de relativa experiencia. En este punto la realización del primer buceo como chequeo en un lugar tranquilo, de poca profundidad, buena visibilidad y sin vida asociada al fondo, es una práctica fundamental, segura y necesaria.
B. El equipo: Entre los componentes del equipo podríamos reflexionar sobre el uso de los guantes, que si bien en ciertos casos son muy necesarios para protegernos del frío y evitar ser arrastrados por la corriente en fondos rocosos, en otros casos nos facilitan prendernos de donde no debemos, como en el caso de los frágiles arrecifes coralinos. El cuchillo, tan útil como una herramienta cuando de cortar una cuerda o liberarnos de un enganche se trata, puede ser una gran tentación para romper erizos y llamar la atención de otros peces, o para desprender mejillones los que al final terminan descompuestos en las embarcaciones sin utilización alguna. Las luces químicas desechables, que con alguna regularidad las encontramos abandonadas en la playa o abandonadas en el fondo marcando los sitios de buceo, así como las baterías (pilas) que reemplazamos regularmente, por su gran riego de contaminación, debemos regresarlas a los puntos de reciclaje.
C. Las boyas de señalización y fondeo: En los sitios frecuentes de práctica las boyas de señalización y amarre, son de fundamental importancia, evitando el grave daño causado por el ancla especialmente en áreas coralinas y arrecifes artificiales. En este punto cuando por alguna razón las autoridades ambientales, navales o turísticas no cuentan con estas ayudas, podemos sumarnos a los grupos solidarios fundacionales, en procura del apoyo requerido para tan importante y necesario aparejo.
D. Respeto por la vida animal: Durante las inmersiones el respeto por la vida animal debe ser nuestra principal constante, por lo que debemos permanecer siempre a prudencial distancia para observarlos, sin pretender cabalgar sobre las tortugas; colgarnos del tiburón ballena; acosar al tamborero o pez globo, para que se infle; o pretender asustar a las morenas tocándoles la cola. Muchos de estos actos aparentemente inofensivos, al final causan estrés en los animales, generando temor hacia los buceadores, con la posibilidad de que estos tranquilos animales se alejen definitivamente de las zonas de buceo.
E. Dar de comer a los peces: El dar de comer periódicamente a los peces para que nos permitan buenas fotografías – entre otras razones - termina generando una dependencia al buceador no adecuada. El riesgo de alimentarlos en el caso de las morenas - entre otras especies - es que fácilmente pueden causar un accidente al buscar comida cuando sienten nuestra presencia y esta búsqueda puede ser entendida por un desprevenido buceador como un ataque. En algunos lugares observamos a los peces de arrecife siguiendo a los buceadores esperando comida, esta inusual conducta producto de nuestro entusiasmo, curiosidad y mal entendido amor por los animales, los distrae de su natural alimentación, que por pobre que nos parezca, siempre es suficiente para todas las especies, si bien la cadena alimenticia - si no la alteramos- siempre será suficiente para la alimentación de todas sus formas de vida.
F. Las bolsas plásticas: No podemos pasar por alto las tan utilizadas bolsas de plástico, que muchas veces por descuido el viento termina con ellas navegando a la deriva, donde fácilmente son consumidas particularmente por las tortugas al confundirlas con las medusas – su alimento preferido- siendo mortal su consecuencia.
Gonzalo Concha.
Nos gustó mucho el Post. Felicidades. Los buceadores tenemos una gran responsabilidad en la conservación del medio ambiente. Un saludo
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